domingo, 10 de agosto de 2008

Gente que llama a la puerta


Patricia Highsmith, la autora, es conocida a nivel internacional como la reina del suspense. Varias de sus obras han sido adaptadas a la gran pantalla, como El talento de Mr. Ripley o Extraños en el tren, pero nunca me había dado por leer nada de ella, hasta que el otro día saqué de la biblioteca el libro “Gente que llama a la puerta”

Arthur tiene 17 años y una vida normal. Está en el último año de instituto, gracias a sus notas podrá ser aceptado en la universidad a la que quiere ir, está enamorado de Maggie y es correspondido. Pero tras la grave enfermedad de su hermano Robbie y su “milagrosa” recuperación, su padre se acerca a la religión de una manera peligrosa y toda su vida cambiará completamente.
Toda la novela es una crítica acerada al fanatismo religioso, la hipocresía y la estrechez de miras. De pronto, el padre de Arthur decide convertirse en un católico ejemplar, siguiendo los preceptos de su religión al pie de la letra: bendición de la mesa, ir a la misa los domingos, una moral estricta…Y no intenta acercar esos ideales a su familia, sino que trata de imponérselos ya sea mediante su propia persona u “otras que llaman a la puerta” para darles sermones, encauzar sus vidas y dejarles folletos que les sirvan de guía (gente a la que te entra ganas de decirle de todo menos bonito, todo sea dicho)

Arthur, que tiene una mente práctica, intenta al principio seguirle el juego pensando que se trata de una moda pasajera de su padre, pero cuando empieza a echarle un vistazo a las revistas, que prohíben el aborto e incluso reniegan de la teoría de la evolución, comenzará su batalla personal contra su progenitor.
A esa situación familiar, un padre renacido, un hermano que le sigue los pasos porque se considera un predilecto de Dios por su salvación, y una madre que no mete baza para tener la fiesta en paz, se le une la frialdad con que le trata Maggie últimamente.
Descubre que ésta se ha quedado embarazada y ha decidido abortar. Tanto Arthur como los padres de ella (que tienen una mentalidad muy liberal) la apoyan en su decisión y para evitar chismorreos deciden mantenerlo en secreto. Pero todo siempre se sabe, y la noticia llega a oídos del padre de Arthur, quien le dice que si permite ese crimen, el del aborto, jamás volverá a considerarle su hijo.

Valoración
El gran defecto de esta novela es que muy lenta. Los primeros capítulos resultan bastante pesados e incluso aburridos, dando la sensación de que no pasa nada. Pero poco a poco la historia gana en intensidad, sobre todo en el tramo final, en el que ocurre todo, se llega a una situación límite y se descubre la doble moral de todos esos fanáticos religiosos que dicen hacerlo todo por “caridad cristiana”.
Como trata el tema del aborto también fue una sorpresa, ya que el libro tiene más de 25 años y la autora tiene una mente muy liberal, tal y como se ve reflejado en toda la novela. Otra de las cosas que me llamó la atención fue la excesiva frialdad, e incluso felicidad, del protagonista ante lo que sucede al final. Arthur pasa de hipocresías y tonterías y dice lo que realmente piensa, aunque dichos pensamientos sean considerados moralmente incorrectos debido a la situación.
Resumiendo, una obra interesante en el planteamiento pero cuya lenta narrativa hace que se haga un poco “cansina”, si hubiera sido más ágil hubiera ganado muchos puntos.

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